El derecho a quedarse
El presente articulo, escrito a cuatro manos con Vittorio Sergi, fue publicado en el periódico mexicano, La Jornada el 27 de marzo de 2005, en el suplemento Masiosare.
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Europa vive hoy un fuerte conflicto social alrededor de las migraciones. Su posición geográfica hace de su territorio una extensa frontera con muchas de las áreas más pobres y conflictivas del mundo: África, Medio Oriente y la parte oriental de Europa.
Su geografía es también su historia, una tensión continua entre apertura, contaminación cultural, cosmopolitismo y fuertes conflictos de identidad, fronteras internas, centros de detención y hasta exterminio de los diferentes.
Ilegal africano detenido en uno de los Centros de Permanencia Temporal en Malta/Fotografías: ReutersAl mismo tiempo, desde la puesta en práctica de las políticas neoliberales en el marco de la construcción de la Unión Europea, se asiste a una multiplicación de las fronteras, físicas y legales, contra la libre circulación de personas opuesta a la libre circulación de mercancías.
El área Schengen es un punto fundamental para entender la política migratoria de lo que ahora conocemos como Unión Europea, esa entidad ya no sólo económica, sino también política y social, que se conformó de manera institucional con el Tratado de Maastricht.
El área Schengen ha representado y representa, sin embargo, una arma de doble filo: si por un lado caen las fronteras internas de la unión (aunque cada Estado tiene derecho a cerrar sus fronteras por razones de seguridad), por el otro, a partir de los noventa, se levanta una impenetrable frontera externa. Muchos dirán que se cayó el muro de Berlín, pero se levantó el europeo, el llamado "cuartel Europa".
La caída del muro de Berlín, en efecto, ha provocado, junto a otros eventos geopolíticos relevantes en esa década como la guerra en Yugoslavia y la desestabilización en Medio Oriente, una ola migratoria hacia Europa que no había tenido precedentes1. Esto ha tenido diversas consecuencias.
Primero que nada ha puesto en crisis la Convención de Ginebra sobre refugiados. Pensada para los pocos afortunados que lograban brincar la Cortina de Hierro, la Convención ha sido insuficiente para enfrentar la ola masiva de demandas de asilo político y refugio. En segundo lugar, la adopción de una política migratoria común, resultado natural de la integración europea, aunque en el papel haya sido ratificada, todavía no ha encontrado caminos factibles de realización, debido a las diferentes exigencias de cada país. Basta pensar en los países del Mediterráneo, más afectados por estas olas migratorias.
En fin, la crisis provocada por la total falta de preparación de los países europeos para vivir la etapa posterior al cambio de equilibrio planetario. Europa, en pocos años, se ha convertido en punto de referencia económico y político. Acostumbrada a ser más bien contrapeso a la enorme presión del bloque socialista, en pocos años, desde la caída y la desaparición de éste, se ha vuelto polo atractivo para todos aquellos que de una día a otro han visto sus vidas empobrecidas y sin perspectivas.
Cuando dos vecinos viven presumiendo la riqueza y la cordura y de repente uno de los dos pierde todo, es obvio que el que se ha quedado sin nada busque y mire al otro. Y cuando esto pasa, cuando el que se ha quedado rico de una día a otro se ve rodeado por gente hambrienta, la reacción puede ser de dos tipos: abrir la puerta de su casa y acoger de la mejor manera a los nuevos huéspedes, o, al contrario, encerrarse en su casa a gozar de su propia riqueza. Algo así ha pasado en Europa. En sus territorios no hay fronteras, pero hacia el exterior se ha levantado el nuevo muro del siglo XXI. Mas allá de razones sociológicas y filosóficas, ligadas sobre todo a un fuerte egoísmo de identidad, las razones de tal elección política puede buscarse en las cuestiones económicas. Europa ha visto abrirse la puerta de su casa a un nuevo mercado, pero éste ha ido acompañado del crecimiento asombroso de una nueva, barata y políticamente desorientada mano de obra.
*** Hoy podemos observar cómo la Unión Europea se ha convertido en una entidad política fuertemente organizada y burocratizada. En lo que concierne al tema migratorio, a pesar de mantener diferencias entre los miembros de la Unión, la política se ha ido uniformando en algunos aspectos.
Antes que todo, la diferenciación entre migración legal e ilegal. Se podría decir que en la Europa actual viven tres tipos de personas: los ciudadanos de primera división, los nacidos en territorio europeo; los de segunda, migrantes que con enormes dificultades burocráticas han conseguido los papeles necesarios para la estancia legal y los de tercera, invisibles e ilegales, que no gozan de ningún derecho. Los primeros disfrutan de todo derecho garantizado por el Tratado de Niza y ratificado recientemente en Roma (la Constitución Europea); los segundos gozan de la libertad de trabajar bajo las reglas que se les imponen, porque sin trabajo no hay papeles; los terceros representan la verdadera arma de la economía europea. En muchos casos son tolerados por conveniencia económica. De hecho nunca protestan, nunca se exponen, aceptan todo tipo de trabajo y de condición. Por el otro sufren más directamente que otros la represión policiaca.
*** Si bien es cierto que cada país tiene su propia ley migratoria, un instrumento común parece haberse extendido más allá de las casi desaparecidas fronteras nacionales: los centros de detención para migrantes.
Estos centros, definidos en las leyes como Centros de Permanencia Temporal (CPT), han sido tachados de ser verdaderos lager (en referencia a los campos de concentración nazi) por los grupos de apoyo a migrantes y se han diseminado por el continente, convirtiéndose en una verdadera institución europea.
Los campos nacieron para controlar a las poblaciones en exceso o sobrexplotadas de las colonias y luego, en la Primera Guerra Mundial, como instrumento de limpieza étnica y construcción de los pueblos nacionales por medio de la segregación y deportación de las minorías.
Hoy, estos centros representan la punta de lanza del control sobre flujos migratorios, el arma con la que la policía y los gobiernos encierran miles de personas con el pretexto de no tener los papeles (pasaporte, visas, permiso de estancia) necesarios para ser "regular". Lo que no se tiene en cuenta, sin embargo, es que en ninguna ley europea se contempla la detención sin que se haya cometido algún crimen. Y en ninguna ley europea se contempla la ilegalidad de estancia como crimen2.
El absurdo se alcanza cada vez más en las detenciones y expulsiones de personas que escapan de una situación de vida o muerte, como sucede con los iraquíes, los kurdos, los sudaneses o los afganos que huyen de sus países en guerra?3
Pero los CPT no se limitan a ser instrumento de represión sino que se vuelven instrumento de control social toda vez que "promueven una inclusión selectiva de los migrantes, incluida la ilegalización".
Lo que tal vez es más preocupante, sin embargo, y que está al centro del debate, es que "este proceso corresponde a la producción de una jerarquía de derechos que está al centro de las transformaciones materiales del concepto de ciudadanía en Europa y que está bien lejos de comprender sólo a los migrantes". En otras palabras, la precarizacion de la vida del migrante parece avanzar al mismo ritmo que la precarizacion de la vida del ciudadano europeo. Algunos pasos adelante sin duda. Sin embargo todo parece indicar que los migrantes en Europa están siendo utilizados como carne de cañón para experimentar nuevas formas de trabajo centradas en la precariedad y explotación4.
La política migratoria en Europa ha sido ampliamente condicionada por las vastas protestas que han venido creciendo en aquel continente en contra de las medidas discriminatorias y en favor de que los ciudadanos, sean europeos o de otros países, gocen de los derechos que tiene todo ser humano. Desde el movimiento de los Sin Papeles en Francia (los Sans Papiers) a finales de los noventa hasta las organizaciones de europeos que solidarizan con los migrantes, la oposición a las leyes nacionales y a las convenciones europeas que limitan los derechos de los migrantes y que favorecen la precariedad de la vida de éstos, han ido creciendo.
En los últimos años se han venido dando muchas y diversas manifestaciones, desde marchas hasta las acciones más espectaculares para afirmar los derechos de los sin derechos.
A propósito de los CPT, cabe mencionar las acciones directas llevadas a cabo en contra de algunas de estas estructuras en varias partes de Europa: grupos de manifestantes asaltan o cercan los CPT y han favorecido la fuga de los internos o desmantelado la estructura misma.
En el último Foro Social Europeo de Londres y en los espacios autónomos y radicales, el movimiento, el mismo que se pronuncia contra la guerra y que construye cotidianamente la resistencia al modelo económico neoliberal, se ha dado cita el 2 de abril para organizar un día europeo "para la libre circulación y el derecho de estancia". En las páginas web del movimiento organizador cada día aparecen más adhesiones, más propuestas y más gente involucrada. Desde Noruega hasta Italia, desde España hasta Eslovenia y Grecia, la movilización está contaminando Europa. El sábado 2 de abril se espera un día histórico de movilización a favor de la ciudadanía incluyente y de los derechos del "migrante precario".
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Notas
1. A principio de los noventa la migración a los países que hoy son la Unión Europea tocó la cifra récord de 1 millón de personas al año. Hoy la cifra se ha estabilizado alrededor de los 700 mil inmigrantes al año. De esta cifra quedan excluidos el número de inmigrantes ilegales que se calculan en al menos 500 mil cada año. De "Le Politiche per l'Immigrazione e il Welfare State Europeo", Herbert Brücker y otros, 2004.
2. En la legislación italiana sólo es ilegal reiterar la entrada clandentina al país. Esto es, si una persona expulsada vuelve a ingresar al país ilegalmente puede ser enjuiciada.
3. Emblemático es el caso ocurrido en Italia en el verano de 2004, cuando un grupo de refugiados de Sudan náufragos en el Mar Mediterráneo fue rescatado por un barco alemán, el Cap Anamur. Esto fue finalmente detenido por la policía italiana, sus transportados arrestados y expulsados, y su tripulación enjuiciada.
4. Citas en http://www.meltingpot.org